Los sucesos climatológicos extremos son los aspectos más llamativos del cambio climático. En 2023, se presenció una serie de incendios, tempestades, huracanes y olas de calor extremas con serias repercusiones sociales. Pero hay otro efecto que pone de manifiesto de manera discreta lo que puede ocurrir en un planeta cada vez más cálido: el desplazamiento de las comunidades. Este fenómeno es el centro de atención de un recién publicado artículo en Nature.
Bernardo Bastien, especialista en geografía y su repercusión en las personas, el bienestar y la economía, lideró esta investigación. Él describe dicho desplazamiento como algo imperceptible, compuesto de cambios apenas visibles con el paso del tiempo, pero significativos para las comunidades locales. Las pérdidas que causa no se habían cuantificado. Hasta ahora.
El estudio detectó que, debido al movimiento de biomas (entornos naturales que comparten clima, flora y fauna), se perderá el 9% de los servicios ecosistémicos para el año 2100, afectando, entre otras cosas, los servicios recreativos asociados a los bosques, recursos hídricos, productos forestales no maderables y el valor inherente de las áreas protegidas.
El científico mexicano, vinculado a la Universidad de California, Davis, y al Instituto de Oceanografía Scripps en UC San Diego, destacó que no todos los beneficios de la naturaleza son mensurables, “aún nos falta mucho trabajo para poder tomarlas en cuenta.” Es el caso, dijo, de lo cada cultura obtiene de manera única, sin contar el “aire limpio, ni materiales para construcción”.
Sobre los impactos en la economía, los investigadores concluyeron que, hacia finales de siglo, los efectos del cambio climático en la vegetación, los patrones de precipitación y un aumento de CO2 reducirán en promedio un 1.3% el Producto Interno Bruto (PIB) de los países analizados. Sin embargo, la distribución de estas pérdidas será desigual: el 50% más pobre de los países y regiones del mundo padecerán el 90% de los daños al PIB, mientras que las pérdidas para el 10% más rico podrían limitarse al 2%.
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La desplazamiento de los bosques
El igualmente comunicador de la ciencia especificó que se utilizó modelos computacionales creados por ecólogos para medir cómo los ecosistemas se trasladarán debido al cambio climático hacia los polos y hacia arriba en pendiente siguiendo el nicho ecológico donde sobreviven. Dicho de otro modo: escaparán de nuevos climas cálidos. Los modelos toman en consideración, entre otras cuestiones, la respuesta de las plantas a la temperatura, a los cambios en la precipitación y a los distintos tipos de suelo.
En el caso de México, por ejemplo, la vegetación podría atravesar la frontera con Estados Unidos debido a que las semillas buscarán mejores condiciones para crecer que las que encontrarán en el sur, donde hallarán climas inadecuados. “Es el valor que medimos, el beneficio que nos proporciona por cada hectárea cierto ecosistema”, beneficio en peligro por las tendencias actuales de calentamiento.
Observar esto fue posible después de armar un rompecabezas de información con aportes de diversas disciplinas. Para la parte económica, Bastien explicó que el Banco Mundial posee una de las bases de datos más completas sobre capital natural y esa es la que utilizaron.
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El grupo de investigación analizó cuánto delo mencionado como beneficios de ecosistemas en cada país corresponde a los biomas de cada territorio. De esta forma lograron medir el valor que proporciona año tras año una hectárea de cada distinto entorno natural, el cual es específico para cada nación.
Sus resultados están bien respaldados. No solo emplearon un modelo de vegetación global, sino que utilizaron tres. Estos tienen ciertos matices en sus criterios, pero observan que, “incluso con diferentes suposiciones o resultados de estos modelos, obtenemos resultados muy similares”. Las cuantificaciones del Banco Mundial también están altamente validadas. “Estamos basados en el trabajo de muchos grupos de investigación. Cada uno de estos modelos ecológicos y del Banco Mundial tienen detrás publicaciones revisadas por expertos”.
Un desplazamiento que generará mayor desigualdad
“No afecta a todas las economías por igual, sino a aquellas que dependen más de sus ecosistemas locales, como a los países cuya economía de hecho sí depende de los bosques que tienen alrededor, esos son los que van a padecer más”, detalló Bernardo Bastien.
Cuantificar esto no es trivial. El geógrafo indica que cuando en las Conferencia de las Partes, conocidas como COP, los países desarrollados evalúan cuánto pueden pagar a subdesarrollados para compensar sus pérdidas y daños, “esas compensacionesRaramente las informaciones provienen de la ciencia, casi siempre surgen desde la buena voluntad, desde la política, desde la habladuría”. Este análisis demuestra que es factible ver en cifras el perjuicio al PIB de los países del sur global. “Ahora podemos comenzar a poner números para aportar algo de justicia climática. Nunca podremos compensar con dinero lo que se pierde en bienestar, pero es un primer paso cuantificar esto”, añade.
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Reconocer el perjuicio de esta migración permitirá mejorar las formas en que afrontamos el problema. Si la naturaleza va a traspasar fronteras, dice Bastien, debemos tener políticas públicas que también lo hagan. Es esencial que se compartan conocimientos sobre los ecosistemas que acogerán otros países, ya que se deberá crear una sociedad y una economía alrededor de ellos.
No elevar más grados sigue siendo el plan
El investigador describe los resultados del estudio como “agridulces“. Por un lado, siente la emoción de un investigador que explora nuevos límites del conocimiento, aunque reconoce que sus resultados no son el tipo de descubrimiento feliz que te hace gritar “eureka”. Sabe que contribuyen a la búsqueda de justicia climática a nivel mundial, pero también siente inquietud al ver que “las cosas siguen sin pintar para bien”.
Pensando en cómo cambiar eso, comenta que cuando se pide a los modelos matemáticos pintar escenarios con menos calentamiento global, se observa que los ecosistemas se desplazan menos.
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— Reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y regulando a las industrias contaminantes, a las que están fomentando este consumo excesivo de gases de efecto invernadero, exigiendo a los gobiernos y a cualquier tomador decisiones de cualquier nivel que planifiquemos el país, la colonia, la escuela sin que dependamos de los combustibles fósiles.
El reciente análisis trata sobre lo que ocurre tierra adentro, principalmente en selvas y praderas, pero el grupo de investigación trabaja en una evaluación a los ecosistemas marinos, “se ha ignorado en la política climática el valor económico y social de estos ecosistemas tanto costeros como de océano profundo y en eso se enfoca hoy en día nuestra investigación activa”.
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