De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, mínimo 2,200 millones de individuos en todo el planeta tienen una limitación visual o ceguera. No obstante, es aún más sorprendente que casi la mitad de estos casos podría haber sido evitada o no recibe un tratamiento adecuado.
La finalidad principal de las revisiones oculares es verificar si ha habido un cambio en la graduación, u otra alteración que impacte tu bienestar visual. Además, el uso constante de pantallas conlleva a que cada vez más individuos presenten problemas de visión.
Efectivamente, con base en un estudio reciente en esta área, el 73% de las revisiones oculares en primera consulta concluyen con el diagnóstico de una enfermedad oftalmológica. Los defectos refractivos son los inconvenientes visuales más diagnosticados en las primeras consultas al oftalmólogo, según los resultados de Miranza, consorcio del sector privado pionero en oftalmología en España. Dentro de 15 de sus centros, los defectos refractivos son los problemas visuales más diagnosticados en las primeras consultas al oftalmólogo.
La frecuencia de procedimientos quirúrgicos incrementa con la edad, siendo mayor el número de cirugías en personas mayores de 65 años. En España, un informe de práctica clínica elaborado recientemente por Miranza ha revelado que el 73.3% de las revisiones oculares termina con el diagnóstico de algún grado de enfermedad oftalmológica durante la primera consulta, siendo los más comunes los defectos de refracción: el astigmatismo (66.6%), la miopía (37.9%) y la hipermetropía (36.2%).
El estudio examinó a pacientes de todas las edades que acudían a una primera visita al oftalmólogo, siendo las revisiones generales (31.2%), la pérdida de visión (24,7%) y algún interés quirúrgico (21,3%) las razones más comunes para asistir a ellas. Por el contrario, los menos habituales fueron la realización de screening (5,8%), una segunda opinión (6%) o una revisión de la superficie ocular (11%).
Con respecto a la miopía, el estudio evidenció una mayor presencia durante las etapas iniciales de la niñez, aunque conforme aumenta la edad, esta disminuye progresivamente.
En lo concerniente a la hipermetropía, el número de diagnósticos crece en la etapa de adultez avanzada; y en el astigmatismo, el aumento de su incidencia se percibe a medida que aumenta la edad.
Otras enfermedades oftalmológicas comunes, de acuerdo a este estudio, son la presbicia (49.3%), la catarata (21.3%), el ojo seco (9.3%) y la degeneración macular asociada a la edad – DMAE (7.8%).
“A medida que avanza la edad del paciente, la frecuencia de enfermedades oculares también aumenta, siendo la presbicia, la catarata y las patologías retinianas, las que más incrementan, especialmente, a partir de los 41 años”, explica el Dr. Ronald Sánchez Ávila, coordinador del estudio de práctica clínica y director de I+D en Miranza Madrid.
Respecto a los pacientes con alguna condición clínica que impacta la superficie ocular, córnea,glaucoma o enfermedad intraocular, se designó un tratamiento médico tópico o sistémico en el 24.4% de los ojos inspeccionados y aquellos que necesitaron tratamiento quirúrgico fueron el 32,8%.
El Dr. Ronald Sánchez resalta un aumento en la frecuencia de intervenciones quirúrgicas vinculado al avance de la edad, “el mayor número de cirugías se efectúa en paciente mayores de 65 años”. Además, en relación con los pacientes que acudieron a una primera consulta para llevar a cabo una evaluación se pudo observar una mayor detección de casos de glaucoma (3.8%), seguida por enfermedad hereditaria de la retina (1,1%) y retinopatía diabética (1.0%).
¿Con qué periodicidad es aconsejable una revisión?
Por lo general se aconseja efectuar una revisión ocular una vez al año, no obstante, si existen dificultades de visión, el intervalo entre visita y visita debería ser reducido. También hay periodos, como la niñez o a partir de los 40, que determinan cuándo debes examinar tu vista o la de tu familia.
¿Qué se puede identificar en una revisión?
Lo más crucial es que se pueden descartar las enfermedades que comúnmente influyen en la salud visual. Las principales alteraciones que se comprueban son:
Cambio en la graduación. Es concebible que hayas acostumbrado a no ver muy bien y gracias a una revisión, descubras que necesitas usar gafas para corregir una miopía, hipermetropía o astigmatismo.
Falta lagrimal o síndrome del ojo reseco, que provoca molestias y mala visión.
Complicaciones acomodativas, que tienen que ver con el enfoque y la nitidez con la que se ven los objetos.
Problemas de convergencia, es decir, la capacidad que tienen ambos ojos de trabajar juntos.
La presión intraocular, un dato especialmente significativo a partir de los 45 años para la detección de glaucomas.
Durante la revisión se observa el fondo del ojo para descartar un desprendimiento de retina, u otro tipo de cambio en ella que pueda estar relacionado con enfermedades como la diabetes o el colesterol. También la presencia de cataratas o degeneración macular.
Los movimientos oculares también se analizan para comprobar que no existe ningún problema con los músculos del ojo que podrían provocar estrabismo, lo que se conoce como ojo bizco y diplopía, o visión doble.
¿Por qué es tan esencial realizar revisiones en la niñez?
Los menores, a diferencia de los adultos, no suelen quejarse de problemas visuales, ya que no tienen la capacidad para poner palabras a lo que les ocurre y no pueden expresarlo. Un niño nunca exteriorizará que le duele la cabeza porque desconoce qué es un dolor de cabeza.
Esta dificultad en la comunicación se suma a que la mayoría de las enfermedades que afectan a los niños no presentan síntomas visibles, por lo que las revisiones se convierten en fundamentales para descubrir cualquier problema de visión que les afecte.
Hasta los 12 años los ojos se están desarrollando y es crucial detectar cualquier alteración y corregirla.
¿Qué se evalúa en las revisiones infantiles?
Posibilidad de ojo perezoso, que es como se conoce a la desviación o desalineación de uno de los ojos.
Miopía, que le dificulta la visión de lejos.
Hipermetropía, que altera su visión de cerca.
Astigmatismo, un defecto en la curvatura de la córnea que dificulta el enfoque.
¿Y si uso lentes de contacto?
Si usas lentes de contacto mensuales te recomendamos hacerte una revisión cada 6 meses para llevar a cabo la prueba de la fluoresceína, un tinte que informa si la adaptación está bien, si hay erosiones en el ojo, roces por el movimiento de las lentes de contacto, resequedad ocular, incompatibilidad con el material de la lente de contacto y la córnea, o cualquier tipo de complicaciones con las lentillas.