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“Adoro mis Mayores”: la iniciativa que proporciona alimentos y compañerismo a los ancianos de Las Marías lucha por continuar su propósito

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Las Marías – Cada martes y jueves, Minerva Rodríguez Rivera espera desde su balcón una fiambrera con un almuerzo caliente, nutritivo y orgánico de la finca Plenitud PR, así como un fuerte y amoroso abrazo de Natalia Jiménez, a quien cariñosamente adoptó como su nieta.

La aguardo. (Me siento) bien agradecida de todo”, relató la mujer, de 73 años, quien perdió a su esposo el año pasado. La marieña recibe el primer almuerzo de cada ronda del programa “Adoro mis Mayores”.

Esta iniciativa representa mucho amor, esperanza y ese ánimo de seguir creciendo como joven y seguir cuidando a nuestros abuelitos. Ellos me han adoptado, y yo a ellos. Deseo hacer la diferencia para que sepan que los jóvenes no estamos apagados y que podemos cambiar”, mencionó Jiménez, de 20 años.

De manera similar a decenas de organizaciones en la isla que impactan a la población de edad avanzada, el programa “Adoro mis Mayores” afronta la escasez de dinero para poder subsistir, luego que recientemente concluyera una propuesta que los sostuvo el último año. Ante esta realidad, estas navidades iniciaron una campaña de recaudación de fondos, con la meta de llegar a $50,000 antes de este domingo, 31 de diciembre.

Con las donaciones, a través de su sitio webo cuenta de ATH Móvil (@PlenitudPR), buscan sostener las necesidades del proyecto, relacionadas con el personal y otros gastos operativos, al menos, por los próximos siete a ocho meses. Hasta la mañana del martes, habían recaudado $17,000.

La iniciativa –que nace de la organización Plenitud PR– recorre varios barrios de Las Marías, llevando salud y acompañamiento a 54 abuelitos de las montañas del llamado Pueblo de la China Dulce.

En medio de la ruta del pasado jueves, Jiménez y su mamá, Migdalia Mass Llorens, también llegaron hasta el hogar de Miriam González Lamberty, de 73 años, quien cuida de su esposo, su hija con diversidad funcional y sus nietos. La adulta mayor contó, entre lágrimas, que se siente “contenta, agradecida y que tienen un compañerismo muy grande con cada uno de nosotros”.

“Siempre nos ayudan y nos apoyan. La comida es nutritiva, como dice la nena (Jiménez). Cuando uno está enfermo, se nos hace difícil (cocinar), pero ellos siempre vienen y nos preguntan cómo estamos para ayudarnos”, aseguró González Lamberty a la entrada de su hogar.

Aproximadamente dos horas y media antes de la ronda por las casas, en la cocina de la llamada “Cancha Sana”, en el barrio Alto Sano, el olor a pasteles y arroz con gandules del país hacía un festín en las narices de las cocineras, acompañado de una plena navideña que se reproducía desde una bocina cerca del almacén.

Al ingresar por la puerta, la co-fundadora de Plenitud PR, Paula Paoli Garrido, y la cocinera Jariksa Valle Feliciano saludaban con un afectuoso abrazo. Todavía se estaban preparando los bizcochos veganos en una olla enorme y el arroz, en un caldero vigilado por Mass Llorens, que es líder comunitaria.

El menú de hoy tiene un toque navideño. Contamos con el arroz con gandules, los bizcochos, una ensalada con aderezo de parcha y un postre de coco bajo en azúcar. Hemos estado cocinando alrededor de tres o cuatro horas y, para las 10:30, esperamos servir todas las raciones para entregar”, declaró Valle Feliciano antes de comenzar la rutina de empaquetar cada porción.

Cultivan y recolectan bienestar

“Amo mis Abus” surgió en medio de la cuarentena de la epidemia de COVID-19, cuando muchos ancianos, en Las Marías, pasaban por momentos solitarios y sin comida en sus hogares al no poder salir.

De 8,874 residentes en este municipio, el 13.7% son personas mayores de 65 años, de acuerdo al Censo de 2020. Además, el 50.6% vive por debajo del umbral de pobreza.

El 43% de los habitantes de Las Marías afronta carencia alimentaria. La mayoría de los participantes del programa carecen de acceso a alimentos frescos y de calidad, especialmente, las personas de edad avanzada que viven en aislamiento.

La iniciativa de cuidado y alimentación se formalizó cuando, en el Día de Pascua, en abril de 2020, prepararon un gran almuerzo y decidieron compartirlo con sus vecinos ancianos.

Notamos que estaban consumiendo (alimentos) enlatados o no podían cocinar debido a la falta de fuerza física. Les faltaba ese contacto humano, y eso nos conmovió, así que decidimos continuar cocinando. Así estuvimos actos los días durante tres meses”, relató Paoli Garrido.

Asimismo, hizo hincapié en las mejoras en la salud que han observado en algunos de los participantes. Mencionó, por ejemplo, el caso de una adulta mayor, a la que llamó “doña María”, que “padece de una artritis muy severa y, desde que está en nuestro programa, mueve sus manos con más destreza”. “Al escuchar esas historias, nos inspira a seguir adelante”, dijo la experta en proyectos comunitarios y agricultura.

De la tierra a las raciones

El menú de los “abus” se elabora con ingredientes locales recolectados en la finca de Plenitud PR o donados por agricultores de Las Marías. El día previo a cada entrega, se recogen los alimentos de las diferentes cosechas y se llevan a la cocina de la cancha para su preparación.

Todo es sumamente fresco y orgánico, lo que nos permite apoyar la economía local y a los agricultores de Las Marías. Es maravilloso tener esa estrecha relación con un producto de la tierra y utilizarlo, en lugar de comprar alimentos importados. Es incalculable esa conexión al usar lo local”, compartió Valle Feliciano.

La cocinera también subrayó que emplean un sistema de recolección de agua de lluvia para limpiar las raciones y otros utensilios, cocinar los alimentos y regar el huerto. Desde el inicio del programa, 23 hogares en los que residen personas mayores han recibido cisternas para recolectar agua de lluvia.

Cada mañana, se unen más colaboradores –como Magali Rosalía Martínez, Otto Oppenheimer Lugo y Daimer Castro– para iniciar el ciclo de la autonomía alimentaria y para cuidar las tierras que, durante décadas, los “abus” han cultivado.

Procede de un lugar de agradecimiento por todo lo que ellos hicieron por nosotros en su momento y por la sabiduría que nos brindan cada vez que vamos a acompañarles. Nos relatan cómosembraban, trucos o artesanías que ya hoy no se ejecutan. Es un intercambio de conocimientos y cariño”, resaltó, mientras tanto, Rebekah Sánchez Cruz, gerente del Programa de Agricultura de Plenitud PR.

Además, explicó que les gusta plantar una amplia gama de alimentos porque es lo que les proporciona sostenibilidad. “Si algo se deteriora, lo otro persiste. Tenemos una amplia variedad de hortalizas y otros granos que se puedan almacenar a largo plazo. El propósito es ser capaces de crear la cesta básica completa en la misma finca”, indicó la joven agricultora.

“Hay mucha gente en Las Marías que vive sola, especialmente personas mayores. Cuando nos dimos cuenta, comenzamos a elaborar platos de la cosecha, no solo de nosotros, sino de varios agricultores con los que colaboramos. Hemos reunido nuestra cosecha y se la hemos entregado a estos corazones que están dispuestos a preparar alimentos sumamente saludables y deliciosos”, dijo Sánchez Cruz.

Mass Llorens y su hija acompañan a los “abus” con otras actividades de relajación o entretenimiento, como hacer ejercicios, artesanías, pintar, escuchar música o practicar yoga sentados. En ocasiones, asisten con la adquisición de alimentos de algunos participantes que no pueden salir.

“De lunes a viernes, yo trabajo con los ‘abus’. Los visito en sus casas, les brindo apoyo, hago ejercicio con ellos. Cuando llego, ellos son la mayor felicidad, y me convierto en su hija, su nieta y en todo”, afirmó Mass Llorens, mientras preparaba las comidas que repartiría.

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