Existe una correspondencia opuesta bien establecida entre el tamaño de un perro y su esperanza de vida. Por ejemplo, los canes de montaña de Berna y los gran daneses solo sobreviven entre seis y ocho años, mientras que los corgis pueden perdurar hasta 15 años y los chihuahuas hasta dos décadas.
La firma de biotecnología de San Francisco, Loyal, quiere cerrar esa diferencia. Está elaborando un medicamento experimental para alargar la vida y mejorar la calidad de existencia de las razas caninas enormes y gigantes. La empresa anunció en noviembre que, con base en los primeros datos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU (FDA) ha determinado que el medicamento de Loyal tiene una “expectativa razonable de efectividad”. La empresa aún no ha demostrado que su medicamento extienda realmente la esperanza de vida, pero la resolución de la FDA indica la confianza de la agencia en el planteamiento de Loyal, y el medicamento se probará pronto en un ensayo de mayor envergadura.
Prolongar la vida de los canes
“Las personas propietarias de canes enormes quieren pasar más tiempo con ellos”, expone Celine Halioua, directora ejecutiva de Loyal. “A la gente le parte el corazón que no vivan tanto”, y argumenta que la gran variedad de tamaños de los canes no es natural, sino resultado de la cría selectiva por parte del ser humano para crear canes con determinados rasgos físicos o que puedan realizar tareas específicas. En promedio, los canes mestizos sobreviven más que los de estirpe pura.
Hasta ahora, la FDA no ha aprobado ningún medicamento para extender la vida de los animales, ni de los humanos tampoco. “Es algo totalmente nuevo”, opina Linda Rhodes, ex CEO de la empresa de biotecnología para mascotas, Aratana Therapeutics, y quien es también consejera de Loyal. Es complicado estudiar medicamentos para prolongar la vida de las personas porque los humanos viven relativamente más que otras especies, refiere. “Las consecuencias para otras especies, incluidos los humanos, son muy profundas”, destaca.
El medicamento experimental de Loyal es una inyección que un veterinario administra cada tres o seis meses. Pretende reducir los niveles de una hormona llamada IGF-1, que interviene en el crecimiento y el metabolismo y se ha relacionado con el tamaño del can. Los canes enormes tienen una variante genética que produce niveles elevados de IGF-1 y los canes pequeños tienen una variante diferente que da lugar a niveles más bajos.
Lombrices más longevas
Se ha comprobado que la inhibición de esa hormona aumenta la esperanza de vida en gusanos, moscas y roedores. En humanos, tanto los niveles muy altos como los muy bajos incrementan el riesgo de mortalidad, mientras que un rango medio se asocia con la mortalidad más baja.
En los primeros estudios, Loyal administró su medicamento en fase de investigación a 130 canes. Halioua apuunta que la empresa ha demostrado que puede reducir la cantidad de IGF-1 en canes enormes hasta llegar a los niveles observados en canes medianos. Dos caninos tuvieron deposiciones blandas durante uno o dos días después de recibir la inyección, pero aparte de eso, según Halioua, no se han observado efectos secundarios importantes.
Para determinar el efecto del medicamento en la esperanza de vida, la empresa planea un estudio más amplio que empezará en 2024 o 2025 y en el que participarán unos 1,000 canes de compañía, de razas grandes y gigantes, de al menos 7 años de edad. Cada uno recibirá el medicamento experimental o un placebo.