Fatih Al-Dahle, Vicepresidente de Inteligencia Artificial Generadora de Meta, me acusa de tener “un punto de vista distópico” y me contesta que añadir robots de inteligencia artificial a los distintos canales estimulará la conexión humana. “Creo que estas IA son entretenidas y pueden ayudar a la gente a aprender nuevas habilidades que les ayuden a conectar mejor con los demás”, sostiene, “potenciando tus propias capacidades para construir una mejor inteligencia emocional y conectar con la gente de formas más significativas”.
El mundo iba a ser mejor, expresó Mark
Se suponía que Facebook tenía que ver con los amigos y la familia. También nos instaba a expandir nuestras conexiones en una red de amigos, colegas, conocidos y amigos de amigos que su fundador denominó “el gráfico social”. El mundo sería mejor, prometía Zuckerberg, cuando los seres humanos se vinculasen a través de su asombrosa herramienta social. Pero, ¿cuándo entraron los androides en mi gráfico social? Cada vez que me desvío por una interacción con un chatbot, ya sea una réplica automatizada de un humano o un bot que hace el trabajo de un motor de búsqueda, es una oportunidad menos de ver una publicación de un primo y responder. Peor aún, un día podría acabar interactuando con el avatar de mi primo, que puede ser más ingenioso que él, pero no es la persona de carne y hueso que me interesa. Y, por cierto, Mark Zuckerberg, si el maldito Tom Brady virtual aparece alguna vez en el feed de este seguidor de los Eagles, abandonaré tu plataforma más rápido de lo que se desinfla un balón de fútbol.
Ya he argumentado anteriormente que Zuckerberg debería dividir Meta en dos. Dar a otra desafortunada persona todo el peso de manejar sus redes sociales, tremendamente rentables pero con problemas, y crear una empresa nueva y sin cargas, con las formidables fortalezas de Meta en realidad mixta e IA. La keynote de este año no hizo sino reforzar mi convicción. El Quest 3 es un salto importante por varias razones, entre ellas el hecho de que Meta se ha visto superada hasta la fecha en cuanto a auriculares de realidad mixta por las llamativas pero costosas vaporware de Apple, Vision Pro. Tras la presentación de Zuckerberg, el director técnico de Meta, Andrew “Boz” Bosworth, entró de lleno en los detalles, criticando los auriculares de 3,500 dólares de Apple (sin mencionarlos por su nombre) con referencias constantes al precio de 500 dólares del Quest 3 y a su abundante oferta.
En cuanto a la visión general de un cambio de paradigma de realidad mixta en el que la línea entre lo digital y lo físico se difumine hasta hacerse imperceptible… ¿aún queda mucho para eso? Para eso aún faltan al menos 10 años, y puede que incluso más. Pero como dijo Alan Kay, pionero de Xerox Parc, tendemos a sobrestimar el impacto de las nuevas tecnologías a corto plazo y a subestimar sus efectos futuros a largo plazo. Recuerdo una reunión con el científico de IA, Kai-Fu Lee, entonces en Apple, a principios de los noventa, en la que grabábamos nuestras conversaciones con una grabadora de cassette. Dentro de cinco años, me dijo, no tendrás que transcribir estas conversaciones ni contratar a nadie para que lo haga”. Cinco años después, cuando estaba en Microsoft, Lee me dijo lo mismo: espera cinco años. Media década después, la misma historia.
Hoy en día grabo cientos de entrevistas al año y casi todas las palabras son transcritas con precisión por una aplicación cuyo costo anual es inferior a lo que solía pagar a un humano por convertir en texto una sola conversación. De repente, lo que siempre estaba a cinco años vista se ha convertido en realidad. Lo mismo ocurre con los modelos de IA que hablan como los humanos, previstos originalmente hace casi 70 años y, desde el pasado noviembre, inevitables. Ese fenómeno podría ocurrir también con el Metaverso en… ¿digamos 10 años? Pero no tengo ni idea de qué tiene eso que ver con la misión original de Facebook.
