A una semana de la insolvencia de FTX, Binance, la mayor plataforma de criptomonedas a nivel mundial, propuso una nueva normativa mínima. En una publicación de blog el 15 de noviembre de 2022, Changpeng Zhao, entonces director ejecutivo de Binance, estableció una serie de prácticas sólidas para los mercados de intercambio, que se resumían en: no apostar, no solicitar préstamos y no cometer fraudes. Zhao anunció que Binance comenzaría a divulgar una “verificación de reservas” transparente, una suerte de auditoría interna que demostraría que la plataforma mantenía en sus arcas los recursos suficientes para encarar los retiros. Varios de sus homólogos, desde Bitfinex y Crypto.com hasta Huobi y OKX, siguieron su ejemplo.
Fue un inicio, pero imperfecto: las verificaciones de reservas solamente ofrecen una instantánea de los activos en un momento específico, no una visión en tiempo real, lo que permite falsificar las cifras. Tampoco reflejan las deudas de una plataforma, por lo que solamente proporcionan un indicador parcial de la solidez financiera.
Existen numerosas plataformas de criptomonedas, incluso con FTX fuera de la competencia, comenta William Quigley, inversor de capital de riesgo y cofundador de la stablecoin Tether. Pero señala que hay un espacio disponible para una empresa que demuestre que almacena los activos de sus clientes de manera responsable, que los protege contra la manipulación del mercado y que sigue rígidos procedimientos de cumplimiento. “Esto es un ámbito en el que se puede mejorar”, observa Quigley.
Aprendiendo de los fallos ajenos con criptomonedas
Los nuevos actores están proponiendo enfoques técnicamente más sofisticados para certificar que los fondos de los clientes no han sido retirados, como sucedió con FTX. Backpack está desarrollando un nuevo esquema de verificación de reservas, actualizado de forma automática a diario, explica Ferrante, mediante el cual se verifica “criptográficamente” la disponibilidad de fondos para las retiradas, en lugar de realizar una opaca auditoría interna. Para evitar que los fondos se trasladen de forma discreta, la plataforma funcionará con un sistema en el que cada transferencia de criptotokens debe ser autorizada por varias partes. El propósito es asegurar que “no haya un único punto de fallo”, agrega Ferrante, y que haya “múltiples niveles de protección”.
Otros competidores, como OPNX, una plataforma lanzada en abril por Kyle Davies y Su Zhu, cofundadores del fondo de inversión de criptomonedas en quiebra Three Arrows Capital, están intentando atraer a antiguos clientes de FTX con un acercamiento distinto. OPNX ofrece servicios habituales de trading, pero también permite a los clientes llevar a cabo transacciones con sus créditos. En lugar de esperar un largo proceso de quiebra, alguien con dinero bloqueado en FTX podría optar por vender su solicitud de quiebra por un cierto número de centavos de dólar, intercambiando el potencial máximo de recuperación por el acceso inmediato a los fondos.
OPNX declinó nuestra solicitud para una entrevista, pero en marzo, en declaraciones a WIRED, su directora ejecutiva Leslie Lamb expresó que esperaba “ofrecer a la gente una vía para regresar a las criptomonedas si así lo desean” y aprovechar un “mercado sumamente desatendido”: los traders cuyos activos están retenidos en procedimientos de quiebra.