Durante la temporada navideña –como en otras tantas festividades–, la cocina se convierte en la figura principal, pero, en ese compartir e intercambio de sabores, es crucial tener precaución y no relajar la vigilancia para prevenir el desarrollo de intoxicaciones alimenticias.
“Existen varios riesgos en las festividades, debido a la cantidad de comida que se prepara y el tiempo en que se deja preparada (sin consumir)”, resumió la especialista en nutrición Ada Laureano.
Niños menores de cinco años, adultos mayores de 80 años, mujeres embarazadas y personas con su sistema inmunológico debilitado corren el mayor riesgo de intoxicación, detalló.
Dentro de los peligros de estos días, Laureano mencionó el consumo adecuado de los tradicionales pasteles, ya que son ricos en proteínas y propician el desarrollo de bacterias.
“Se decía que los pasteles fríos causaban indigestión a la gente. Eso era una contaminación significativa, la indigestión era una enfermedad bacteriana”, añadió la docente de la Universidad Ana G. Méndez, al recomendar su consumo tibio.
Al describir el lechón como “una de las carnes más exquisitas, jugosas y tiernas”, Laureano advirtió que facilita el crecimiento de bacterias y también debe consumirse tibio, no frío ni mucho tiempo después de su preparación.
“Pero lo que más perjuicio causa son las ensaladas de codos y de patatas. Esas son las dos fuentes principales de contaminación en las celebraciones”, recalcó, al explicar que, en estos platos, el mayor riesgo no es la mayonesa, sino dejarlos fuera de la nevera por mucho tiempo.
Mientras, los encurtidos – como los guineos en vinagre – no deben prepararse con mucha anticipación, ya que el ajo para su preparación se contamina y puede desarrollar Clostridium botulinum, una de las bacterias más peligrosas, según la experta.
Para prevenir lo mencionado, recomendó guardar los encurtidos en el refrigerador por no más de dos o tres días, a menos que sea un refrigerador que no se abra mucho, en cuyo caso podrían durar una semana.
“Toda comida, sin equipos adecuados para resguardarla y si no se prepara antes de consumirla, puede dañarse. Y esa pérdida está relacionada a las bacterias”, explicó.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), anualmente, alrededor de 48 millones de personas enferman por intoxicación alimenticia. En Puerto Rico, anualmente, el Centro de Control de Envenenamiento (1-800-222-1222) recibe alrededor de 5,000 llamadas por incidentes y envenenamientos, incluyendo los provocados por alimentos.
Por otra parte, los recipientes para almacenar alimentos pueden ocasionar contaminación química, impactando especialmente a pacientes con problemas neurológicos, como Mal de Parkinson y trastorno del espectro autista. Por consiguiente, Laureano sugirió evitar envases de aluminio y plástico y preferir de vidrio y cerámica. La contaminación al preparar alimentos también representa un riesgo, recalco, al instar a evitar contacto entre alimentos crudos y cocinados.
Sobre las bandejas de frutas y verduras, señaló que es necesario mantenerlas frescas, a temperatura ambiente, cubriéndolas con pedazos de hielo. Recomendó que las frutas se mantengan enteras para prevenir contaminación entre diferentes variedades; y colocar porciones en bolsas de merienda y agregar hielo por encima.
La nutricionista advirtió que el hielo a consumir no debe ser el de refrigeradores portátiles con refrescos, cervezas y otras bebidas. En su lugar, se deben utilizar pinzas o vasos destinados para no tocar el hielo con la mano, afirmó.
Respecto a las bebidas, mencionó que la ponche también tiene riesgo de intoxicar, ya que, si contiene huevo y leche, facilita el desarrollo de bacterias.
“No debe ser guardado por más de dos o tres días, a menos que esté congelado. Si se ha abierto, se debe compartir con otras personas, no guardarlo en el refrigerador, porque ese último remanente de ponche es un caldo de cultivo para bacterias”, afirmó, y añadió que cualquier bebida con leche corre el mismo riesgo.
De acuerdo con Laureano, la combinación de ingerir excesivas bebidas, consumir cantidades reducidas de alimentos y el estrés debilita el sistema inmunológico de la persona y puede ocasionar problemas con el páncreas, el intestino y el hígado, e incluso, cáncer.
Personas con condiciones preexistentes, como colitis y gastritis, así como poblaciones vulnerables, deben tomar precauciones adicionales en esta época para prevenir enfermedades. Una sugerencia, dijo, es llevar su propio alimento a los eventos, explicándoles al anfitrión la razón.
Una onza de agua de encurtidos puede contribuir a contrarrestar los efectos iniciales de una intoxicación alimentaria, ilustró Laureano, quien instó, adicionalmente, a mantenerse hidratado con agua, 7-up o un suero casero para evitar deshidratación. Personas con más de tres evacuaciones seguidas por intoxicación deben acudir a un hospital, enfatizó.